Nuestro
proyecto de ley es un mensaje y manda

En Chile existe un problema con la excelencia en la educación,
esto queda claro en las pruebas nacionales; evidenciando la brecha existente
entre los distintos grupos socio-económicos del país, como también en pruebas
internacionales, demostrando la distancia entre Chile y los demás países de la
OCDE. En Chile el 38% de los estudiantes no
logra alcanzar el nivel básico de competencias para la resolución de problemas
(PISA, 2012) y el 62% de los estudiantes de 8º básico no sabe la materia y
maneja conocimientos relativos un estudiante de 6º básico (SIMCE, 2009).

Como lo dice la constitución de Chile en el capítulo III, artículo
19, inciso 10º “la educación tiene como objeto el pleno desarrollo de la
persona en las distintas etapas de su vida”.

En Chile existe una vinculación entre la excelencia docente y
resultados académicos, en promedio por cada punto extra que tiene un profesor en
la evaluación docente, su grupo de alumnos obtiene veinte puntos más en el
simce. (González, 2013).

Si bien existen programas que buscan mejorar la excelencia
educacional como el programa “elige educar”, éste tiene como propósito
fundamental el mejoramiento de los futuros docentes, atrayendo a mejores
postulantes a las carreras de pedagogía,  pero este proceso tomará mucho tiempo para que
se transforme en un cambio sustancial en educación. Además el mundo teórico y
académico universitario no siempre logra otorgar las competencias que se
requieren en el aula de clases.

            Nuestro proyecto busca capacitar a
los profesores que están actualmente en el sistema educacional, el cambio más
importante y de mayor impacto es el que se tiene que desarrollar dentro de la
sala de clases, espacio en el cual ocurre el proceso de enseñanza –
aprendizaje. Cualquier cambio político o curricular que no cuente con
profesores capacitados no consigue entrar al aula y no afecta a los
estudiantes.          Nuestro proyecto de
ley se complementa con el artículo 13 del párrafo II de la “Ley General de
Educación”, estableciendo una evaluación docente obligatoria comenzando, en
primera instancia, con aquellos colegios que presenten resultados deficientes,
para luego alcanzar el total de colegios a nivel nacional. El instrumento de
evaluación deberá contemplar un carácter integral, cumpliendo así con lo que
establece nuestra constitución.

Aquellos docentes que obtengan resultados deficientes serán
capacitados por profesores que hayan obtenido excelentes resultados en su
evaluación y logren buenos resultados con sus estudiantes. De esta forma se
consigue una capacitación auténtica y atingente a la realidad en la cual se
desempeñan los profesores. Al ser profesores de aula, que conocen bien la realidad
con la que se enfrentan los docentes, otorgaran herramientas metodológicas,
didácticas y técnicas para trabajar en la sala de clases, así en poco tiempo se
lograran cambios significativos en profesores y estudiantes.   

Un proyecto como éste se desarrolló en Corea del Sur, logrando en
muy poco tiempo un mejoramiento en su modelo educacional y un incremento
significativo en los resultados de pruebas estandarizadas (Waissbluth, 2010).

            Las ideas que hemos desarrollado en esta presentación nos llevan a
convencernos de lo siguiente:

“Los profesores no son el problema, pero si parte de
la solución”