I. ANTECEDENTES

En los últimos años, se puede observar en nuestro país un aumento considerable de la matrícula en Educación Superior, lo que nos sitúa a los niveles de cobertura de los países desarrollados (http://fw.to/4WDosdT). Sin embargo, la cobertura es sólo uno de los múltiples desafíos que enfrenta un país que busca fortalecer su sistema educativo, pudiendo contarse, la forma de financiamiento, el mecanismo de selección para el acceso a la Educación Superior o la calidad de los aprendizajes entregados por cada casa de estudio. Pero hay otro elemento que resulta fundamental a la hora de concebir el sistema educativo en su conjunto: la claridad vocacional de los postulantes a una especialidad de educación superior. Conocer las aptitudes personales, identificando con acierto las fortalezas y debilidades propias, además de disponer de información suficiente y adecuada sobre las particularidades de los diversos campos de estudio y especialidades, resulta prioritario para una correcta elección a la hora de ingresar al sistema de Educación Superior. Esta prioridad es consistente con la apreciación generalizada de apoderados y estudiantes, para quienes una correcta elección a la hora de postular a una carrera puede evitar costos económicos adicionales, la incomodidad en el campo de estudio escogido o la frustración de un comienzo laboral insatisfactorio.
En atención a ello, el presente proyecto de ley busca fortalecer la orientación vocacional brindada en enseñanza media, mediante la implementación, en todos los establecimientos escolares reconocidos por el Estado, de un plan especial en ésta área.
La experiencia es clara en mostrar que la orientación vocacional juega un rol clave a la hora de postular a una carrera profesional, situándose nuestra atención en la escuela como espacio por excelencia para suplir las carencias que pudieran existir a nivel socio-cultural y familiar, e igualar las condiciones de acceso a herramientas que orienten la deliberación de los postulantes sobre su futuro académico y laboral.
En cuanto al óptimo desenvolvimiento de los estudiantes de Educación Superior depende de factores económicos, académicos, psicológicos y vocacionales, siendo el último el que abordaremos en la presente iniciativa. Resulta primordial considerar el grado de familiaridad de los estudiantes de educación media con las particularidades de la universidad como un lugar con sus propias reglas para lograr enfrentar la continuidad de sus estudios. En este sentido, datos del Mineduc, indican que la tasa de deserción en Educación Superior en Chile es cercana al 50% (http://bit.ly/1VCCTuA). Diversos estudios realizados por el Mineduc, el Sistema de Información en Educación Superior (SIES), el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile aportan evidencia para explicar este fenómeno. Según un estudio realizado por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile en 2008 (http://bit.ly/1JQRPt5) el 30% de las deserciones se explicarían por la falta de claridad vocacional de quienes ingresan al ámbito de la Educación Superior. También el rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez, identifica como causal fundamental de deserción la poca orientación sobre las carreras o la nula información acerca de la relación que existe entre los intereses de los estudiantes y las aptitudes que hayan adquirido en la etapa escolar de su formación (http://bit.ly/1VCCTuA).

II. FUNDAMENTOS

La experiencia internacional ofrece algunos ejemplos de cómo implementar la orientación vocacional en la escuela: “En EEUU la orientación es un componente más dentro del sistema educativo y lo es en el seno de las instituciones escolares” (Salinas, Carmen, Revista digital “Innovación y experiencia educativas”, N.29, abril, 2010). Para efectos del presente proyecto, abordaremos la orientación como un servicio integrado en el marco escolar. Así, cobra gran importancia la función del docente para el desarrollo vocacional en el seno de la escuela. Además, la orientación integral e implicativa considera a todos los agentes educativos, (profesores, directivos, familia, comunidad y alumnos). Servicios externos como preuniversitarios, universidades, etc. han de ser servicios cooperadores y consultores de los propios servicios internos de la escuela (Watson y Plant, 1987). Por último, la orientación vocacional puede integrarse en la escuela, cuando se concibe a ésta como acompañante más que sólo como formadora de aprendizajes disciplinares específicos. Casos como este son el de “Japón, donde (la orientación) es considerada parte de la responsabilidad del docente "al frente de la propia aula" (Watts, 1985); en Venezuela, donde se espera que todos los docentes asuman el rol de consejero además del de docente especializado en una materia específica (Kim, 1987); y en Singapur, donde la educación profesional se brinda a través del currículo en el cuidado pastoral implementado por los tutores del curso” (Salinas, 2010).

El objetivo de esta iniciativa legal es garantizar que todos los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado cuenten con un plan explícito para abordar la orientación vocacional de sus estudiantes.

“ARTÍCULO PRIMERO: Los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado deberán incluir en el nivel de enseñanza media un Plan de Orientación Vocacional, que integre y complemente las definiciones curriculares nacionales.

Los objetivos de este Plan serán:

a) Informar y difundir las ofertas académicas en Educación Superior, así como los requisitos académicos establecidos por cada institución y las posibilidades de acceso a las mismas, atendiendo a las condiciones, necesidades e intereses de las personas que demanden la información.

b) Informar y orientar sobre las distintas oportunidades de aprendizaje y los posibles itinerarios formativos que ofrece cada especialidad, para facilitar la inserción laboral, la mejora en el empleo, así como la movilidad profesional en el mercado de trabajo.

c) Informar sobre los títulos académicos y orientar sobre las posibilidades de adquisición, evaluación y acreditación de competencias y cualificaciones profesionales requeridas en el mundo laboral.

d) Orientar al alumnado hacia los ciclos formativos que mejor se adapten a sus circunstancias personales, de manera que la opción elegida le permita superar los objetivos de los módulos profesionales y terminar la totalidad del ciclo formativo contemplado.

El Plan deberá considerar la implementación de acciones concretas que permitan cumplir con estos objetivos, entre las que se podrán considerar:

a)La realización de talleres y actividades extra programáticas de carácter constante y sistemático.

b) La formación de docentes y directivos en lo que respecta a las características de las mallas académicas del área de desempeño de cada docente, así como de las ofertas laborales disponibles en la actualidad en el país y en el extranjero.

c) El desarrollo de actividades de apertura del establecimiento a la comunidad, con especial énfasis en el fortalecimiento de las relaciones entre la escuela y la universidad.

d) Estrategias para fomentar la participación y aporte de los estudiantes y apoderados en el diseño de diagnósticos y líneas de acción de cada establecimiento.

e) Actividades para promover la experimentación práctica de los estudiantes en diversas áreas del conocimiento.

f) Otras que el sostenedor y la comunidad educativa consideren pertinentes para el cumplimiento de los objetivos antes señalados.

El Ministerio de Educación pondrá a disposición del sistema escolar orientaciones curriculares, ejemplos de planes y recursos informativoscon el objeto de facilitar la implementación delosplanes.
Un reglamento del Ministerio de Educación regulará las materias establecidas en la presente ley, especialmente los aspectos referidos a la implementación del Plan de Orientación Vocacional.

ARTÍCULO SEGUNDO: La presente ley entrará en vigencia al inicio del año escolar (año)”.