Colegio Lorenzo Mondanelli -COIHUECO - Región del Biobío


Título iniciativa:

Enseñanza didáctica de educación vial en el aula desde prekinder hasta cuarto medio



Definición alternativa:

Cuando se trata de la prevención ninguna medida está demás y es en este sentido en donde toma una relevancia lo que la escuela puede realizar en relación a disminuir una cifra tan alarmante como es la mortalidad infantil y juvenil debido a los accidentes de tránsito.
En este sentido, es fundamental que exista una conciencia sobre la relevancia de la educación vial en el aula ya que es necesario que desde una tierna edad exista una comprensión de la importancia que tiene la educación vial ya que forma parte de un proceso formativo que busca generar comportamientos seguros por parte de las personas que se trasladan en la vía pública en cualquiera de los roles viales que cumplan (peatón/a, conductor/a de vehículo motorizado y no motorizado o pasajero/a), para evitar la ocurrencia de accidentes de tránsito.
En este sentido, la carencia de una adecuada educación vial es, junto con el insuficiente mantenimiento de las carreteras y la falta de sanciones ejemplares, la causa del elevado número de muertes en accidentes de tránsito en Chile, convirtiéndolo en el segundo país de la OCDE en víctimas mortales por accidentes de tránsito.
Los accidentes de tránsito causan la muerte de aproximadamente 1,24 millones de personas cada año en todo el mundo, de las cuales, más de 180 mil son niños. En Chile, cerca del 30% de las víctimas fatales se debe a velocidad imprudente o la pérdida de control del vehículo.
Así, es fundamental comprender que la única forma de generar ciudadanos responsables es a partir de introducir en el currículum escolar nacional los conceptos, las leyes y las instancias necesarias de aprendizaje de educación vial que sea gradual para cada curso y que dé cuenta de las distintas etapas por las que puede transitar cada ciudadano, desde peatón, ciclista, pasajero, copiloto o chofer para el caso de los estudiantes de 17 años que obtengan una licencia de conducción con el acompañamiento de un adulto o para los estudiantes de 18 años.
La mayoría de los accidentes de tránsito tienen su origen en la irresponsabilidad del ser humano, en la excesiva confianza y en el desconocimiento de su entorno y de las leyes que norman su vida. Por lo tanto, es necesario que se genere una conciencia colectiva a nivel nacional que sea vinculante para generar los cambios necesarios que permitan disminuir los altos índices de mortalidad infantil y juvenil debido a los accidentes de tránsito.
En nuestro país está en trámite el proyecto realizado desde la Comisión Nacional de Seguridad de tránsito (CONASET) que promulga la existencia de una educación vial en el eje de formación ciudadana desde primero básico a sexto básico. A nuestro juicio, consideramos que es insuficiente esta medida ya que desde prekinder los estudiantes están sometidos a las leyes del tránsito en cualquiera de los roles que ejerzan y con mayor razón desde séptimo básico a cuarto medio.
La ley Emilia, el uso del cinturón de seguridad, la silla para los menores de edad, el chaleco reflectante son algunas de las medidas que en el último tiempo se han tomado a nivel país para tratar de reducir los altos índices estadísticos de mortalidad o de accidentes debido al tránsito. Sin embargo, todas estas medidas están situadas como respuesta ciertas consecuencias y costumbres de los chilenos y chilenas en torno a la ignorancia en educación vial y no han sido vistas como un empuje concreto de apuntar al verdadero foco del problema que es el combate de estos índices educando a las personas y para esto es una obligación que las nuevas generaciones no solo tengan algunos conceptos de formación ciudadana sino que se deben incluir todos los aspectos que involucren la señalización del tránsito, las leyes, derechos y deberes propios de la educación vial.


Propuesta legislativa:

Actualmente la legislación chilena promulgó en el año 1982 una política nacional de transito tomando en cuenta El decreto ley N° 557, de 1974, el decreto supremo N° 325, de 1981, del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, Subsecretaría de Transportes, la ley 18.059, de 1981, y las facultades que me confiere la Constitución Política de la República de Chile, estableciendo que es necesario definir una política única a nivel nacional para el tránsito vehicular y peatonal por calles, caminos e infraestructura complementaria.
Esta política nacional de tránsito está sostenida en cuatro principios El bien común prevalece por sobre toda aspiración sectorial o individual, la normativa de tránsito es dictada e impuesta sólo por el Estado, el Estado debe propender a la máxima seguridad de las personas y bienes y el deterioro de la infraestructura vial, al igual que la congestión y contaminación ambiental generada por vehículos, tiene un costo social que debe ser compensado por quienes la producen y en forma proporcional al grado en que la generan.
A partir de lo anterior y considerando lo establecido en el Ministerio de Educación en torno a la asignatura de Historia y el eje de Formación Ciudadana en donde en conjunto con CONASET han diseñado un currículum de educación vial para estudiantes de primero a sexto básico.
Bajo esta perspectiva, se propone que se extienda desde prekinder hasta cuarto medio, de manera obligatoria en el eje de Formación Ciudadana, la existencia de la unidad sobre educación vial debido a la relevancia que tiene que desde todos los niveles educativos se pueda tener nociones considerables y progresivos sobre esta temática.
Para esto, se propone una jornada de reflexión escolar en todos los establecimientos educacionales en conjunto con entidades relacionadas con las leyes del tránsito que permitan un acercamiento y retroalimentación de la información que irá generando un conocimiento.
Por otra parte, se sugiere una revisión del currículum escolar en torno a la educación vial para una proyección a los otros niveles educativos y que sea transversal a todas las asignaturas y no limitante en el eje de Formación Ciudadana.
Además, se solicita que cada establecimiento educacional cuente con una brigada escolar, que se realice efectivamente la semana de seguridad escolar y que existan talleres, seminarios y charlas educativas que incluyan a los padres, apoderados, docentes y paradocentes para que la ignorancia sobre las leyes de trànsito sea reducida, para una conversación necesaria en la escuela, en la familia, entre los amigos sobre la importancia que posee la educación vial en las escuelas y la prevención que conlleva su ejecución.
Finalmente, la vida es un tesoro inigualable que merece la pena llevar a cabo de principio a fin y que no sea a causa de un accidente trágico que los sueños, las metas y los ideales de una persona sean trastocados por esa eventualidad.