Existe un importante problema con respecto a la alimentación de la población chilena. Una de las causas de esta dificultad se asocia al costo de los alimentos de alta calidad alimenticia, ya que debido a sus requerimientos monetarios no permite que la población de bajos salarios pueda acceder a ellos.

Este es un problema que afecta directamente el consumo de alimentos saludables, que es una de las más grandes debilidades de nuestro país. Según el informe de la Organización Panamericana de la Salud en 2017, se reveló que el 30% de la población adulta en Chile sufre obesidad. Aun cuando el sobrepeso puede ocasionarse por diversos factores, el bajo acceso a un producto alimenticio saludable contribuye a la obesidad en la población chilena.
OPS. (2017). Informe nutricional FAO/OPS: Mujeres chilenas lideran índice de obesidad en Sudamérica.

Con respecto a los costes monetarios de productos alimenticios de calidad, se sabe que un 27,1% de los chilenos no puede costear una alimentación saludable (según los estándares nutricionales recomendados para el país). Esto, de acuerdo a un estudio realizado por el Ministerio de Salud (Minsal), con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud y la Cepal. El informe usó datos de la encuesta Casen 2013 y de la actual canasta básica de alimentos (CBA), utilizada para medir la pobreza mediante su costo y acceso, y elaboró un indicador paralelo, llamado canasta alimentaria de calidad" (CAC), que sigue las guías alimentarias hechas por el Minsal y suprime los productos de bajo contenido nutricional. Dicho paquete, que incluye más verduras y frutas, cuesta $43.872, es decir, un 36,1% más que la canasta básica, cuyo valor alcanza los $32.239,
Vio, F., Irrarazabal, M., & Tito, P. (2016). Comer sano cuesta caro: un tercio de los chilenos no puede financiar una alimentación saludable.

Tal como mostramos anteriormente, el problema al acceso a productos alimenticios saludables afecta a más de ⅕ de los chilenos. Esta situación se evidencia en cualquier tienda de alimentos. En la sección de comida poco saludable o chatarra, se encontrarán una mayor cantidad de productos a menor precio, en comparación a la zona de comida saludable, siendo esto reflejado en la cantidad de personas que recorren estos pasillos.

Aun cuando este problema ha existido desde hace mucho tiempo, no hay una Ley o norma que permita más accesibilidad a los productos alimenticios saludables al público general. Si bien existe la Ley de sellos, que invita al consumidor a adquirir productos de mayor calidad alimenticia, en realidad no le ayuda a obtenerlos. Ahora bien, existen proyectos como el de alimentación escolar para quienes padezcan la enfermedad celíaca, en que el ministerio de educación -más concretamente Junaeb-, a través del Programa de Alimentación Escolar (PAE), da alimentos específicos a quienes poseen esta dolencia. En este programa se contempla la entrega de un desayuno en el establecimiento con productos libres de gluten envasados, además de una canasta de alimentos libres de gluten, perecibles y no perecibles, para la preparación del almuerzo en su lugar de residencia. En este caso se observa como uno de los órganos del gobierno no sólo apoya, sino que asegura la obtención de alimentos saludables consumibles para los estudiantes beneficiarios del PAE diagnosticados con celíaca. Sin embargo, aún con el apoyo brindado por este programa, su uso es muy exclusivo, ya que solo se desarrolla en el ambiente educacional. Esto confirma que no existen leyes o normas del Estado que garanticen la obtención de alimentos saludables para un público en general.

Es ese el problema que buscamos solucionar con la creación de esta Ley, que tiene como objetivo y finalidad mejorar el acceso de las personas a los alimentos saludables, a través de la disminución de precios y mayor promoción de estos. Tal como se explicó previamente, existe más de un 25% de chilenos que no pueden costear una alimentación saludable, transformándose así en los destinatarios de esta Ley.

Se espera que, a través de esta iniciativa, se aumenten las ventas de productos saludables, y que, en un contexto a largo plazo, debido a la disminución de precios, no solo permita que un porcentaje importante de la población chilena pueda acceder a los alimentos más saludables, sino que, indirectamente incentive a los demás consumidores a comprar estos productos. Sin embargo, pueden surgir problemas de esta iniciativa pues es posible que a pesar de estos cambios en el valor de los alimentos saludables estos no sean vendidos, lo que se traduciría en una pérdida monetaria por parte de las empresas que venden los productos saludables, lo que a largo plazo podría generar que estas abandonaran el país pues no producirían el dinero esperado.

Algo similar ocurre en un proyecto de la OMS llamado Uso de políticas de precios para promover dietas más sanas, que se centra en el aumento del costo de los productos no saludables, mientras que se disminuye el precio de los alimentos saludables. Dentro de este proyecto, también se menciona que, para lograr un verdadero avance, se debe promocionar el consumo de productos saludable paralelamente, que es el segundo punto de nuestra iniciativa.
OMS. (2015). Using price policies to promote healthier diets.

Sabemos que la publicidad es un factor que influye en las personas, ya que puede generar cambios en su forma de pensar o actuar. Según Lowspot (una plataforma de marketing de contenidos reconocida a nivel mundial) la publicidad mejora la capacidad de elección, simplifica los procesos de compra y estimula la innovación comercial. De esta manera, si se produce la publicidad requerida, podría generar mayor conciencia en el público a la hora de escoger productos saludables.

Con la disminución de precios de los productos saludables estos se volverían accesibles para el 27% de los chilenos que hoy en día no tienen el acceso monetario a ellos, que es el objetivo de esta iniciativa. Además, si se realiza una publicidad adecuada, incentivaría los niveles de venta de los productos saludables, lo que solucionaría el problema de una pérdida de dinero y posterior abandono del país por parte de las empresas que venden comida saludable en Chile, solucionando así el principal problema que podría generar esta Ley.