Liceo Bicentenario De Vallenar -VALLENAR - Región de Atacama


Título iniciativa:

NUEVA CARRERA DOCENTE A FAVOR DE UNA ACTUALIZACIÓN DEL CURRICULUM EDUCACIONAL ESCOLAR



Definición alternativa:

Actualmente la juventud chilena se encuentra afectada por nuevas dinámicas sociales que trae consigo el siglo XXI. El ritmo de vida moderno ha caracterizado a la sociedad contemporánea por ser pragmática y ambiciosa (García, 2011), de tal manera que los individuos se enfrentan a estereotipos que pretenden definir sus emociones y sentimientos, por ello, las identidades individuales –y sociales- son constantemente presionadas por el deseo de lo que se ve como éxito (Kaulino, 2004). Al mismo tiempo, los cambios producidos a nivel mundial, como la utilización de las nuevas tecnologías en el área de la comunicación (Pitkin, 2009) o bien, la digitalización de las relaciones sociales durante las últimas décadas, han ido contribuyendo a una transformación profunda de la sociedad, por lo tanto, a la remodelación constante y vertiginosa de los modelos presentes. Sin embargo, este modelo social cambiante no considera el fracaso -de la capacidad de adaptación- como variante o alternativa, por lo cual la tolerancia a la frustración es una habilidad que, dada las circunstancias, debiera ser contemplada, sin embargo, se ve sometida al innatismo maniqueísta del más fuerte sobrevive. Frase, dicho sea de paso, malentendida a propósito para consolidar el modelo actual (Bauman, 1998).
A razón de lo anterior, es posible entender que, en el Chile actual, la mayoría de las demandas de atención en consultorios infanto – juveniles, están relacionadas con estados depresivos – ansiosos que se relacionan con el bajo rendimiento y el fracaso escolar (Jadue, 2001). Asimismo, según la Organización Mundial de la Salud, Chile es uno de los países que lidera el ranking mundial en depresión, con un 17,5% de la población que padece esta enfermedad, correspondiendo un 7% a los adolescentes en edad escolar (González, 2017). En consecuencia, resulta evidente que nuestro paradigma educativo actual centrado en la racionalidad, se ha agotado (Habermas, 2008). Ello porque no ha desarrollado un modelo más integral y holístico capaz de enfrentar las nuevas dinámicas que trae consigo el siglo XXI.
Dinámicas que han concatenado que Chile posea la más alta tasa de consumo de estupefacientes a edad escolar (Bergman, 2016). Sumado a este escenario, el estudiantado chileno inicia a los 13 años el consumo de alcohol (ENPE, 2013) y preocupa la prevalencia del tabaco en el 52% de la población escolar según el Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Chile (SENDA, 2017), estudio que también arroja como dato inquietante, la precocidad del consumo de tranquilizantes sin receta médica a partir de los 14 años.
En relación a los datos anteriores, conviene subrayar que a nivel mundial las tasas de suicidio han aumentado en un 60% en los últimos 45 años. Si atendemos a lo preocupante de este dato, debemos considerar que Chile duplica la tasa de suicidios en América Latina y el Caribe (Silva et al, 2013). Con respecto a este punto, el académico de la Universidad de Atacama Dr. Juan Santos, (2018) establece una relación directa entre adicciones y suicidios, lo que ha conllevado en un aumento sostenido de los riesgos a los cuales se debe enfrentar el estudiantado y con ello, un nuevo reto al sistema educativo nacional.
A partir de lo anterior, la educación del siglo XX ha insistido en privilegiar los aspectos intelectuales por sobre los emocionales (Habermas, 1987), entendiendo estos, a nivel local, como una dinámica del plano privado (García, 2011), con ello, el sistema educativo chileno adolece actualmente de una estrategia curricular y profesional coherente con los nuevos desafíos.
Por lo tanto, el Estado no ha presentado alternativas educativas que vayan en pos de la solución de la realidad social antes descrita. Es necesario la intervención del Estado para que dé cobertura a las problemáticas de la salud mental de nuestro país, ello desde una perspectiva educativa que afecte la formación inicial docente y la construcción del curriculum nacional, el cual afirma ser un proceso continuo y acumulativo (Ministerio de Educación, 2016), pero que carece de capacidades para recopilar y contener las experiencias que han conformado las necesidades que demanda la realidad social (Jonnaert, 2007).
Un aspecto central para solucionar esta problemática son los fundamentos del curriculum nacional, los cuales fueron establecidos entre 1990 y 1998 (MINEDUC, 2016) y que, actualmente, y frente a lo dispuesto anteriormente, es necesario fortalecer por medio de una actualización de los objetivos de aprendizaje bajo mandato presidencial.
En consecuencia, pensamos que es de menester realizar modificaciones al sistema educativo nacional. Cambios en los cuales se valore al estudiante como un sujeto emocional, un sistema en el cual existan herramientas que apoyen la promoción de personas con habilidades cognitivas y capacidades emocionales que permitan utilizar el conocimiento en contextos más generales.


Propuesta legislativa:

Propuesta de ley
Ley 20.370 (LGE) ESTABLECE LA LEY GENERAL DE EDUCACIÓN.
Modifica la ley 20.370, en su artículo N° 30, por medio de mandato presidencial:
Modificando la letra f, después del punto final, agréguese que: contribuyan a una interacción responsable en contextos sexuales, previniendo hábitos y conductas sexuales dañinas para el estudiante y la del resto de la población.
Asimismo, se agregan los incisos g y h expresando lo siguiente:
(g) Desarrollar en el ámbito personal, habilidades de Inteligencia Emocional que permitan al estudiante; identificar, expresar y valorar emociones en un contexto determinado.
(h) Lograr habilidades que fomenten el bienestar mental previniendo los efectos de la violencia y la intimidación en situaciones de crisis, así como también, los trastornos mentales y los riesgos asociados al consumo de estupefacientes.

Por otro lado Modifiquese:
Ley 29.129 ESTABLECE UN SISTEMA NACIONAL DE ASEGURAMIENTO DE LA CALIDAD DE LA EDUCACION SUPERIOR
Artículo N°9 sobre las atribuciones de la Comisión Nacional de Acreditación
Modifica la ley 29.129 en su artículo N° 9, agregando inciso d con lo siguiente:
(d) Ejecutar y fomentar en conjunto con las universidades acreditadas el desarrollo de carreras profesionales que fomenten el logro de los objetivos generales sujetos al art. 30 de la ley 20.370.