Liceo Politécnico Ema Espinoza Correa -LAUTARO - Región de La Araucanía


Título iniciativa:

Legislación a favor del ABORTO TERAPÉUTICO.



Propuesta legislativa:

 Nuestra propuesta es que se permita el aborto
terapéutico cuando corre riesgo la vida de la madre.



NUESTROS ARGUMENTOS SON:



·        
El
aborto debe ser legal porque todo niño debe ser deseado.



·        
El aborto debe ser legal porque la mujer tiene derecho a decidir sobre
su propio cuerpo.



·        
Con la legalización del aborto se terminarían los abortos clandestinos.



 



Estamos de
acuerdo con el aborto terapéutico porque creemos que la vida ya existente que
es la vida de la madre debe ser priorizada, en cambio la del feto puede
desarrollarse



Pensamos
que el aborto terapéutico es aceptado cuando la vida de la madre está en grave peligro
y la del hijo no se va a desarrollar con normalidad, ejemplo cuando el niño
tiene anencefalia (el cerebro del niño no se ha desarrollado), para que esperar
que el niño nazca si va a morir a los pocos días, el negar estos derechos de
las mujeres y mas las de escasos recursos, esto viola los derechos humanos básicos
de las mujeres



"Las madres son un factor importante en el
hogar porque van a crear más hijos y por lo tanto su muerte es dramática.
Estamos a favor del aborto terapéutico, está en el Código Penal. Por encima de
eso y previo a eso estamos a favor de la planificación familiar y métodos de
planificación", afirmó en declaraciones a RPP.



Pese a que el contexto
chileno es altamente restrictivo, la situación del aborto en ese país puede
estar a punto de cambiar.

En la actualidad se identifica que actualmente si existe
una legislación
. Entre 1994 y 2010 fueron
presentados nueve proyectos de ley para despenalizar parcialmente la
interrupción del embarazo. Ninguno de ellos había avanzado en el debate
legislativo hasta el 6 de septiembre pasado, cuando la Comisión de Salud del
Senado decidió por votación legislar sobre tres propuestas en torno al aborto
terapéutico: un proyecto de ley presentado en diciembre de 2010 por el senador
socialista Fulvio Rossi y la ex-senadora Evelyn Matthei, otro elaborado por el
socialista Camilo Escalona, radicado en el Congreso en junio de 2009, y una
tercera iniciativa presentada en marzo de 2010 por el senador del Partido por
la Democracia Guido Girardi y el ex senador socialista Carlos Ominami.



Las tres propuestas
buscan modificar el Código Sanitario para despenalizar el aborto por razones
médicas (interrupción terapéutica del embarazo), en caso de malformación fetal
incompatible con la vida o de amenaza a la vida de la mujer. La principal
diferencia radica en la violación como causal para la interrupción del
embarazo, incluida en los proyectos de Escalona y Girardi y Ominami, pero
ausente en el de Rossi y Matthei.



La decisión de someter
a votación los proyectos representa en sí misma un avance en la garantía de los
derechos de las mujeres chilenas, ya que rompe con el silencio guardado por el
Congreso de ese país durante años.



En entrevista con el
CLAM, Claudia Dides Castillo, coordinadora del Programa de Inclusión Social y
Género e integrante de MILES (Movimiento por la
Interrupción Legal del Embarazo en Chile por causales de incompatibilidad con
la salud de la mujer, inviabilidad fetal y/o violación), habla sobre la actual
coyuntura chilena en torno al aborto, a partir de los resultados de la encuesta
de opinión en Brasil, Chile, México y Nicaragua.



En la mayoría de países
tanto mujeres como hombres están a favor de la interrupción del embarazo cuando
la salud de la mujer está en peligro y cuando hay malformaciones fetales. En
Chile, por ejemplo, 64% de la población se mostró a favor del aborto
terapéutico y 25% considera que se debe despenalizar bajo cualquier
circunstancia. Esta es una cifra nada despreciable. También se observa una
postura cada vez más liberal frente a este tema.



 El aborto terapéutico, por ejemplo, ha
empezado a considerarse un derecho de las mujeres.



Esto muestra que en
América Latina viene operando un cambio cultural fuerte. Este contexto debería
orientar a los parlamentarios para que, a la hora de legislar, empiecen a
escuchar, en primer lugar, la opinión de las mujeres, así como la opinión de profesionales
del ámbito de la salud y, por último, la de los hombres y las diferentes
iglesias.