Ante el
escenario meteorológico que cada invierno nos sorprende en la zona central de
Chile, en relación a las bajas temperaturas que van asociadas a un uso
indiscriminado de medios de calefacción a leña en estufas domiciliarias, se
hace imprescindible el abordar el tema de la eficiencia energética asociado a
la calefacción de las viviendas.
El problema de la contaminación vivido en esta
época en ciudades del valle central, como es el caso de
Chillán, se ve altamente afectado por problemas de contaminación y, según los
estudios realizados por la OMS (Organización Mundial de la Salud), Chillán se encontraría
entre las ciudades más contaminadas de Chile. La causa principal de esta
contaminación, el uso de la leña, como medio único de producción de calor,
lleva aparejado el ya mencionado grave efecto de la contaminación atmosférica.
Dada la complejidad del tema, buscar soluciones para mitigar la
contaminación no pasan sólo por la adopción de ciertas medidas locales, sino
que necesariamente deben ser miradas con proyección a largo plazo. Es por esto que
no queremos presentar un proyecto para acabar con el uso de estufas a leña, ni
con la tan desagradable contaminación de manera inmediata, entendemos que una
ley no acaba con el problema, pero puede ayudar siendo uno de los pocos
recursos a los cuales podemos optar para acabar con la tan grave situación que
se vive en nuestra ciudad, Chillán.
Si a lo anterior le sumamos que tanto el mundo como Chile, están pasando por un proceso de cambio climático lo que significa: “modificación al clima atribuido,
directo o indirectamente, a la actividad
humana. En especial el cambio climático se relaciona con la acumulación de
gases de efecto invernadero en la atmósfera”. Necesariamente nos vemos en
la disyuntiva de tomar medidas lo más integrales posibles.
En general para cualquier persona de una ciudad como Chillán, que salga a
la calle en el horario de mayor contaminación, se verá afectada por los grandes
índices de contaminación como por ejemplo al señalar que han existido días en
que el peak de PM2.5 fue de 681.8 ug/m3
(máximo es 50 ug/m3 en 24 horas). En PM10, las partículas más grandes, a las
21.00 el número se descuadró: 800 ug/m3, cuando el límite promedio es de 150.
Nuestra propuesta de cara a paliar el
problema de la contaminación, que mejore la calidad de vida de las personas, va
en el sentido de un tipo de vivienda que integre elementos de aislación
térmica. De esta forma se establece una barrera al paso del calor entre dos
medios que naturalmente tenderían a igualarse en temperatura, impidiendo que
entre o salga calor del sistema que nos interesa en este caso, una vivienda.
Mejorar el aislamiento puede
significar ahorro energético y monetario en la calefacción. Una capa de 3
centímetros de corcho, fibra de vidrio o poliuretano tienen la misma capacidad
aislante que un muro de piedra de un metro de espesor. Si instalamos ventanas
doble cristal con marcos de rotura de puente térmico se reduce casi a la mitad
la pérdida de calor y, además, reduce el ruido. Evitando filtraciones de aire a
través de sellos en las puertas y ventanas reduciremos de un 25 a un 30%
nuestras necesidades de climatización, esto se logra a través de la utilización
de silicona, masilla o burlete de paño de goma[1].
En conclusión diremos que si utilizamos
diferentes tipos de aislantes térmicos a nuestros hogares mantendremos la
temperatura estable sin necesitar tanta combustión de leña y pudiendo así ser
esta remplazada por el uso de otros tipos de energía, por ejemplo, el gas
natural que es mucho más ecológico que las emanaciones producto de la combustión
de leña.
Debido a las bajas temperaturas en invierno como ciudad
necesitamos que exista una eficiencia energética entendiéndola esta como “la disminución de la cantidad de
energía utilizada para producir una unidad de actividad económica o para
satisfacer las necesidades de la población (iluminación, calefacción,
movilidad, etc.), manteniendo un determinado nivel de servicio o confort” mejorando así la calefacción de nuestras casas y visto desde este
punto creemos que en ciudades como Chillán, o las que tengan serios problemas
de contaminación, se deba exigir en el
ámbito de construcción, la aislación térmica efectiva en las nuevas viviendas,
que complemente a las normas sobre edificación y vivienda vigentes. Como
ejemplo específico señalamos los puntos a considerar como serían: las ventanas
con doble cristal y marco con rotura de puente térmico, poner sellos a puertas
y ventanas reduciendo así del 25 al 30% las necesidades de climatización y
finalmente las paredes con corcho, ya que una capa de 3 centímetros es igual de
aislante que una pared de piedras de un metro de espesor.
En el caso de las construcciones actuales existentes en Chillán proponemos
el subsidio a propietarios para el remplazo y mejoramiento de sus hogares,
cambiando ventanas normales por ventanas aislantes de doble cristal y puertas
selladas, provocando así una eficiencia en el uso energético y contribuyendo a
la descontaminación local.
REFERENCIAS:
1. “EFICIENCIA ENERGÉTICA COMO MEDIDA DE MITIGACIÓN PARA ENFRENTAR EL
CAMBIO CLIMÁTICO” - GOBIERNO DE CHILE,
MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE.
2. “EFICIENCIA ENERGÉTICA” – AGENCIA CHILENA DE EFICIENCIA
ENERGÉTICA.
3.
DIARIO LA DISCUSIÓN.
4.
BIBLIOTECA DEL
CONGRESO NACIONAL. PROYECTO QUE EJECUTA ACUERDOS DE CONSEJO N° 2.538 Y N°
2.573, AMBOS DE 2009, Y APRUEBA TEXTO DE REGLAMENTO DE COBERTURA A PRÉSTAMOS DE
LARGO PLAZO DESTINADOS A FINANCIAR PROYECTOS DE INVERSIÓN EN EFICIENCIA
ENERGÉTICA (EE).
5.
LEY 20582, GENERAL
DE URBANISMO Y CONSTRUCCIONES.