Durante
la última década en Chile, los jóvenes han demostrado su capacidad de
organización en proponer y presionar a la sociedad para resolver temas de
relevancia nacional. Esta participación se ha logrado poco a poco, ya que en
nuestro país existen escasos espacios de incidencia real del sentir de los
jóvenes.

Esta
carencia se ve atenuada por la existencia del INJUV, que tiene escasas
facultades para el desarrollo juvenil, limitándose a generar estudios y
espacios de información. Por esto, no garantiza la participación juvenil.

La
participación es clave en el entramado democrático, aportando legitimidad en la
toma de decisiones y efectividad en su ejecución. Las formas básicas de este
involucramiento ciudadano son las que generan la toma de decisiones en asuntos
de interés general y las prácticas sociales y políticas de agrupaciones con
intereses y objetivos en el ámbito social.[1]

De
acuerdo a la Séptima
Encuesta Nacional de Juventud, elaborada por el INJUV, un
80,6% de los jóvenes no está o tiene muy poco interés en la política, pero el
49,9% de los encuestados participaría en organizaciones o grupos que defiendan
alguna causa social, sin embargo, estas intenciones se ven obstruidas por la
ausencia de espacios de expresión.

Esto
contrasta fuertemente con el énfasis puesto en el tópico de la juventud por la Convención Iberoamericana
de Derechos de los Jóvenes en 2005. Esta, de carácter vinculante, establece en
su artículo 21° que “se comprometen a impulsar y fortalecer procesos sociales
que generen formas y garantías que hagan efectiva la participación de jóvenes
de todos los sectores de la sociedad, en organizaciones que alienten su inclusión”
y “promover que las instituciones gubernamentales y legislativas fomenten la
participación de los jóvenes en la formulación de políticas y leyes referidas a
la juventud, articulando los mecanismos adecuados para hacer efectivo el
análisis y discusión de las iniciativas de los jóvenes, a través de sus
organizaciones y asociaciones”.

En
concordancia con lo anterior, mediante el presente mensaje presidencial que
manda, se crean los Consejos de la
Juventud, dependientes del Ministerio de Interior e incluidos
en su presupuesto para el año 2015.

Los
Consejos serán instancias compuestas por jóvenes de entre 15 y 29 años a nivel
comunal, regional y nacional, enfocadas a la estimulación de la participación
juvenil activa en la discusión y en la toma de decisiones de temáticas
nacionales, y estarán conformados por representantes de los diversos grupos donde
participen jóvenes.

Los
mecanismos de elección de los Consejeros variarán, dependiendo de la instancia.
Todas las agrupaciones de jóvenes de la comuna se verán representadas por un
miembro en su Consejo correspondiente. De estos, tres serán electos por sus
pares para integrar el Consejo Regional. El Consejo Nacional será conformado
por miembros de los Consejos Regionales proporcional a la cantidad de jóvenes
por región de acuerdo a los datos arrojados por el último censo.

Para cumplir con sus objetivos, será dotado de las
siguientes facultades:

·       
Proponer y ejecutar ideas y proyectos para las
diversas problemáticas planteadas por los mismos jóvenes.

·       
Pertenecer a una agrupación u organismo
internacional que tenga por objetivo dar a conocer y resolver las problemáticas
juveniles.

·       
Mantener informados a los jóvenes representados
de los avances y proyectos que en el momento se estén llevando a cabo y
llamarlos a participar en estas instancias.

·       
Dar cuenta a otros ministerios y poderes del
Estado de lo realizado por los Consejos.

Es la
fiebre de la juventud la que mantiene el mundo y la temperatura. Con su
participación, los jóvenes son agentes fundamentales del cambio social y el
desarrollo económico, construyendo el futuro de Chile. Por tanto, debemos
escuchar sus anhelos de pertenencia a nuestra sociedad.