Como todos sabemos, los jóvenes en chile ocupamos un lugar histórico, en
el cual aspiramos a construir un sistema público de educación, gratuito y de
calidad sin embargo para alcanzar este sueño será necesario construir un
futuro, el cual conozca y aprecie que el libro no perderá ese poder único de
transportarnos a nuevos espacio de la imaginación y de abrir nuevas
perspectivas de crecimientos además del desarrollo para las personas.

Según los estudios realizados sobre este tema, expresan que durante la
última edición de la FILSA, los chilenos han manifestado su descontento con que
casi 1/5 del valor del libro es correspondiente a impuestos, con un 19%(IVA)
que supera Latinoamérica.

Chile es el país latinoamericano donde más se lee con 5,4 libros por
año, según los datos que el Cerlalc ha recopilado durante la última década, el
cual esto nos afecta como jóvenes al momento de ir a comprar un libro y no
tener el presupuesto para financiarlo.

Los países que tienen un tratamiento tributario especial para los libros,
están de acuerdo en solo una cosa: “el libro no es un producto cualquiera,
tiene efectos positivos difíciles de apreciar", y sigue siendo uno de los
vehículos del conocimiento por lo tanto debe de ser apreciado por nuestra
sociedad.

En chile el libro estaba libre de impuestos hasta 1976, y fue la
dictadura quien no solo cerro editoriales y quemo libros, sino también grabó
con IVA los libros.

Porque hay una serie de otros productos que están exentos del IVA como
los autos usados, pasajes de avión, etc.  Y otros pagan un IVA
diferenciado, como la construcción. ¿Por qué no el libro?

Ya que sabemos que en Chile detrás de la disparidad en los ingresos se
esconde la desigualdad en el acceso a los bienes culturales y porque el libro y
la lectura siguen estando en la base de los proceso de formación de capital
humano, es decir, accede el que tiene los medios para adquirirlo.

Porque los índices de la lectura tienen un correlativo positivo con los
salarios. Las personas que leen más tienen posibilidades de mejorar su ingreso
y su calidad de vida.

Según los estudios 4 de 5 chilenos estima que los libros son caros,
porque el precio de los libros es una dificultad para su obtención.  Y
también porque el 54% de los chilenos comprarían más libros si esto fuesen más
baratos.

Para solucionar los problemas señalados, proponemos la baja del impuesto
al libro.  no desconocemos lo que se ha dicho sobre esta materia el
presente, no obstante debido a la preocupación evidente en los jóvenes respecto
a no poder comprar un libro por el costo de este. 

Un factor fundamental para fomentar la lectura, es disminuir el impuesto
aplicando a tan solo un 7% como en países desarrollados, tal como EE.UU que a
diferencia de chile donde se paga un 19$ de impuestos (IVA) como ya mencionamos
anteriormente, esta iniciativa tendría un mejor resultado económico al
momento de financiar un libro, y de una u otra manera fomentaríamos las
lectura, que es un punto clave al momento de saber.

Con estas acciones concretas apuntamos a cambiar, en un futuro cercano,
el rostro del libro y la lectura en Chile.  Para afrontar este desafío es
fundamental crear una estrategia transversal que convoque e involucre a amplios
sectores de nuestra sociedad involucrando al ciudadano en cada acción, solo así
lograremos un cambio profundo y duradero que nos permita formar a la próxima generación
de lectores.

Necesitamos una señal fuerte que diga de verdad que la cultura y las próximas
generaciones están por la lectura.

Nuestra propuesta es la realización de un proyecto que permita un acceso
de más personas al placer de leer y con esto estaríamos ayudando al estado a disminuir
la cantidad de libros que regala cada año, ya que con libros más baratos, más
personas tendrán acceso a cómpralos.  Los fondos ahorrados se pueden
invertir en salas de lectura y bibliotecas, dando así mayor acceso a la cultura
a muchas personas.